Orígenes
El inglés es la más antigua y característica de
las cuatro razas de setter que se sientan cuando
encuentran una pieza (los otros son el irlandés, (llamado comúnmente
Setter rojo), el Gordon y el irlandés rojo y blanco).
Se
ha conocido al Setter inglés desde el siglo XIV, pero el
nombre que más se asocia a él es el de Edward Laverack
(1815-1877) cuyos pedigríes de los Setter se remontan a 1860.
Fue registrado por la Sociedad Canina Británica en 1873.
Laverack escribió que ”ésta raza no es más que un Spaniel
mejorado”, y sin lugar a dudas desciende de Spaniels. Fue
Laverack, también, quien, a través de la crianza, desarrolló
el linaje sobre el que se fundó el estándar del Setter inglés
actual.
Otro
criador, Mr. R. L. Purcelí Llewellin, ayudé a establecer
al Setter inglés en América. Mr. Llewellin compró algunos
de los mejores perros de Mr. Laverack y los cruzó con sangre
nueva en el norte de Inglaterra. introdujo los linajes o
estirpes de Mr. Slatter y sir Vincent Corbet, que a partir de
entonces pasó a ser conocida como la
estirpe de Duke-Kate-Rhoebes. Sus Setters
encontraron la fama en EE.UU y Canadá, donde demostraron ser
inmejorables en las pruebas de campo y establecieron
firmemente esta línea en
EE.UU.
Carácter
y cuidados
De una belleza sorprendente, leal y cariñoso, el
Setter inglés combina admirablemente el papel de animal de
compañía con el de perro de cazador. Es bueno con los
niños, puede vivir como uno más de la familia, o en una
perrera exterior, y tan sólo necesita un cepillado diario con
un cepillo duro y el uso de un peine metálico. Hay que
quitarle el pelo en lugares indebidos antes de una
exposición. Como la mayoría de los perros de caza, el Setter
inglés necesita una buena cantidad de ejercicio y no es
adecuado para la vida en la ciudad, aunque muchos parecen
sobrevivir en un ambiente urbano.
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