Orígenes
Se ha sugerido que el Perro pastor alemán (Alsaciano
o Deutscher Scháferhund) puede ser un descendiente del lobo
de
la Edad de Bronce. Ciertamente alrededor del siglo VII existió
en Alemania un perro pastor de un tipo similar
pero con un
manto más claro. Se dice que para el siglo XVI el manto se
había oscurecido apreciablemente.
El pastor alemán fue exhibido por primera vez en una exposición
en Hanover en 1882. El reconocimiento por la formación
de la raza moderna se lo lleva generalmente el aficionado alemán,
Rittmeister von Stephanitz, quien trabajó sin descanso a principios de siglo para mejorar su
temperamento y constitución. Se ganá grandes aficionados en
otros países, incluyendo Gran Bretaña y EE.UU, entre aquellos
que lo habían visto trabajar en Alemania en la primera guerra
mundial. En aquel tiempo se consideró inapropiado llamarlo
por un pobre que incluyera la palabra alemán, y se dio a
conocer en el Reino Unido y otros países, como Alsaciano
porque era nativo de Alsacia. En 1971, cedió, y por fin, el Brttish Kenniel Club y se le restauró el nombre de Perro pastor
alemán.
Carácter
y cuidados
El
popular pastor alemán es extremadamente inteligente y un
compañero de primera clase, perro de exposición, trabajador
en obediencia y guardián. Es eminentemente adiestrable y por
eso trabaja como perro policía, en el ejército, como guía
para los ciegos, y en muchas otras cosas. Su suprema habilidad
como guardián le puede causar problemas, porque puede
interpretar mal tina señal y saltar para defender a su dueño.
No obstante, sabiendo como llevarlo y adiestrarlo es un espléndido
compañero canino. Necesita a diario un aseo vigoroso, mucho
ejercicio y, por encima de todo, un trabajo que realizar,
incluso si esto significa solamente competir en pruebas de
obediencia o agilidad. No es justo ni juicioso para este
inteligente animal estar sujeto a una vida de aburrimiento.
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