Orígenes
El
Perro de Presa Canario
es
una verdadera suerte poder hablar acerca de una raza que hace
apenas una década se encontraba al borde de su total
desaparición. La mezcla de diferentes líneas de sangre dio
lugar a una evolución dispar que no tardó en ser catastrófica.
Las islas Canarias fueron en el siglo XVI un centro geográfico
donde se cruzaban todas las rutas comerciales de la época.
Esta privilegiada situación favoreció la llegada de perros
de presa mediterráneos al archipiélago canario.
Pero
la verdadera fijación del Presa Canario como raza se produjo
a partir de cruces entre el perro Bardino Majorero y presas
ingleses, especialmente Bulldog y Mastiff, llevados a Canarias
por colonos ingleses hacia el siglo XIX.
Su
aspecto denota potencia y su mirada es severa. Está
especialmente dotado para la función de guarda y defensa y
tradicionalmente para la conducción de ganado vacuno. Su
temperamento es impetuoso, y es un hábil luchador, tendencia
que muestra por atavismo. Tiene un ladrido grave y profundo, y
es manso y noble en familia y desconfiado con los extraños.
La
presencia de los primeros comerciantes ingleses en las islas
fue fundamental para la fijación del carácter de los Presas
Canarios. Los ingleses les aportaron el signo esencial para
diferenciarlos de los restantes presas hispánicos:
su
utilización en los combates. Esta aportación inglesa ha
hecho del Perro de Presa Canario un animal singular, nacido
para combatir con sus congéneres.
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