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Origenes
El
Bulldog francés , con sus orejas distintivas de murciélago y
cola retorcida , ha tenido muchos propietarios famosos que van
desde el rey Eduardo VII de Inglaterra a la novelista francesa
Colette. Es obviamente un descendiente de los Bulldogs pequeños
, pero no se sabe si fueron perros ingleses que se llevaron a
Francia por quienes hacían encajes de Nottingham en el siglo
XIX , o perros llevados a Francia desde España. Se acepta más
, en general , que sus ancestros sean los pequeños Bulldog
ingleses , a pesar del descubrimiento de una placa de bronce
antigua con un perro de un parecido indiscutible al Bulldog
francés y en la que se lee: “ Dogo de Burgos , España 1630
“. Se formó una
sociedad de Bulldog francés en Gran Bretaña en 1902 y , en
1912 , la raza fue aceptada por el British
Kennel Club. Para
1913 había conseguido 100 participantes en el Westminster
Dog Show en Nueva
York.
Carácter
y cuidados
Los
perros de esta raza son populares, de fácil exhibición, y
compañeros encantadores. Por naturaleza es bueno, cariñoso
y valiente, y normalmente se lleva muy bien con los niños y
con los otros animales de compañía. Los propietarios deben
acostumbrarse al ligero ruido que hace al respirar, y tener
en cuenta que cuando lo riña, invariablemente se irá a llorar. El Frenchie es fácil
de acicalar, sólo requiere un
cepillado
diario y frotarlo con un pañuelo de seda, o un trozo de
toalla, para que le brille el manto.
Los
pliegues faciales deberían lubricarse para evitar llagas.
Advertencia:
Este animal de nariz chata no debería ser forzado a
hacer ejercicio cuando hace calor.
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