Guacamayo Rojo

Descripción: Entre las aves emblemáticas del mundo, es una de las más hermosas. Y entre los loros, uno de los más grandes. Sólo se parece al Guacamayo de Alas Amarillas (Ara macao) y al extinto Guacamayo Rojo de Cuba (Ara tricolor). Mide de 78 a 90 cm de longitud y pesa entre 1.300 y 1.700 gramos. A primera impresión, el rojo intenso parece dominar por entero su plumaje. Sin embargo, el azul pinta el extremo de sus alas y el verde, las plumas secundarias, como resalta su nombre científico (chloro = verde y ptera = ala). El ojo luce un anillo externo de un dorado pálido, con el iris ten­diendo al color marfil. La piel desnuda de la cara es blanca y está decorada por delicadas líneas rojas -que forman pequeñas plumas-, con diseños distintos a uno y otro lado de la cabeza. El pico tiene la mandíbula superior blanca, con un triángulo negro sobre el borde que está en contacto con la inferior, también de color negro. La roja cola se torna azul hacia el extremo de cada timonera, pero conserva la cara interior roja. La rabadilla, el ápice caudal y el subcaudal son celestes. Y las patas, grises. Ateniéndose a la apariencia externa, la diferenciación de sexos resulta muy difícil.

Distribución geográfica: Sudamérica desde Panamá hasta la Argentina. Aquí se la citó o colectó en Salta, Formosa, Chaco y Misiones. Pero ya desapareció de las tres primeras provincias. Y en Misiones sólo se la registró durante las últimas décadas en los departamentos Iguazú y Candelaria, y dudosamente en El dorado y General Belgrano. Juan Carlos Chébez destaca que la mayoría de los avistajes "tienen a Puerto Iguazú como epicenfro”, estimando "que se deben a escapes accidentales o deliberados efectuados en Foz do Iguacú”', opinión que se apoya en "el comportamiento pedurband' que mostraban esas aves.

Población: Según algunos especialistas, totalizaría varias decenas de miles. En Perú, su densidad poblacional se estimó entre 2,5 y 4 individuos por kilómetro cuadrado. Y en la Guyana Francesa, el promedio ascendería a 6. Se desconoce su estatus primitivo en la Argentina, aunque los entendidos Manuel Nores y Darío Yzurieta opinaron hace algunos años que estaba "virtualmente extinguida”. En el mundo habría más de trescientos ejemplares cautivos y en nuestro país, no menos de treinta: uno en el Centro de Recuperación y Recría de Aves Amenazadas Guirá Ogá de Misiones, cinco en la Estación de Cría Guaycolec de Formosa, cuatro en el zoo de Bahía Blanca, dos en el parque zoológico "La Máxima" de Buenos Aires, uno en el zoo Llastay de La Rioja, seis en el zoo porteño y alrededor de diez en Corrientes Loro Park de Corrientes. Se lo considera el guacamayo más frecuente en zoológicos argentinos.

Biología: Resulta un ave en extremo sociable, que vive en bandadas muy numerosas (se conocen algunas de más de 70 integrantes grandes) y en muchos casos, formadas por parejas. Durante gran parte del día (en especial, al amanecer y al atardecer) se alimenta  a veces con movimientos acrobáticos, en la copa de los árboles; sobre todo de los que producen bayas, su principal comida. Gusta de los frutos de Uxi (Endopleura uchí), Jatoba (Hymenaea sp.) y Bertoletia (Berfholletia excelsa), y posee un pico fuertísimo, capaz de destrozar cáscaras duras. Frecuenta lugares con agua, como franjas ribereñas. El período reproductivo acontece en la época de lluvias, desde fines de noviembre basta fines de febrero. Al parecer, coincide con el pico de fructificación de las plantas selváticas. Se estimó entre un 10 y un 20 % al total de aves nidificantes por año, aunque parejas no reproductivas visiten nidos activos. Por lo general, éstos se construyen a una altura de 30 a 55 metros, en las cavidades superiores de palmeras o árboles de gran porte, preferentemente muertos. La hembra deposita allí de dos a tres huevos blancos, de 50 x 34 mm. El período de incubación es de 28 a 30 días, durante los cuales el pichón goza del cuidado de ambos padres. A los ocho días le salen sus primeras plumas y una semana más tarde abrirá los ojos. Pero recién podrá dejar el nido después de 90 a 100 días del nacimiento. Antonio Chacón, del Corrientes Loro Park, los mantiene cautivos con una dieta a base de frutas de estación, frutos silvestres, nuez, almendra, maní, girasol, avena, maíz, trigo y legumbres. Reprodujo con éxito al Guacamayo Rojo en varias ocasiones. En su parque las puestas comienzan en octubre y pueden extenderse hasta diciembre. La incubación dura 28 días. Los pichones dejan el nido a los dos meses y la madurez sexual les llega a los cuatro o cinco años de edad. Los animales capturados en la naturaleza pueden ser reproducidos ex situ. Como a otros guacamayos, Buifon lla­mo al rojo Ara por su potente voz. Con igual criterio, los guaraníes le dicen "guaá", "arát" o "ára". Vocifera con estruendo y puede imitar voces humanas con sonidos más bien nasales. Otra de sus ca­racterísticas es la longevidad. Se sabe de individuos que alcanzaron una edad cercana a los 50 años. Problemas de Conservación: Como sucedió en el sudeste brasileño, la destrucción de la selva menguó de manera considerable sus poblaciones. Pero en la Argentina siempre fue rara, dado que se encuentra en su limite austral de distribución geográfica. Sufre, además, persecución y comercio ilegal a nivel mundial. Dentro de nuestras fronteras, el tráfico ha mermado notoriamente en la presente década y en la práctica no constituye una amenaza para la especie como ocurrió en los ochenta, aunque con ejemplares provenientes de Paraguay, Bolivia y Brasil. Con anterioridad, sólo los Estados Unidos importaron 333 guacamayos rojos en 1977, 350 en 1978, 451 en 1979 y 1.062 en 1980. En la Argentina se comercializa la especie legal e ilegalmente, a precios internacionales (unos U$S 2.000 por ejemplar).

Medidas de conservación tomadas: A nivel nacional, está considerada “en peligro” por la Resolución 144/83 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. La Asociación Ornitológica del Plata (AOP) la clasificó como "en peligro crítico”. No puede hablarse de poblaciones protegidas en el Parque Nacional Iguazú o en el Parque Provincial Urugua-í, ya que no hay indicios de una población establecida, por más que se hayan registrado individuos solitarios, parejas y pequeños grupos. En Bolivia, Brasil y Paraguay figura en las listas de especies amenazadas. La FVSA la declaró "presuntamente extinguida”, al igual que Juan Carlos Chébez. La UICN no la menciona en su última Lista Roja. Desde 1981, figura en el Apéndice II de CITES (comercio internacional regulado)

Medidas de conservación tomadas: La FVSA sugiere: 1) detectar las áreas donde se localiza en el campo, 2) proteger las áreas y los árboles donde nidificaría; 3) apoyar proyectos de conservación ex situ como los del Centro de Recuperación y Recría de Aves Amenazadas de la Sel­va Paranaense Guira Oga de la AOP y el Ministerio de Ecología de Misiones; 4) capitalizar la expe­riencia de los criadores o comerciantes que lo hayan reproducido exitosamente (por ejemplo, Corrientes Loro Park), y 5) Informar sobre su avistaje a la FVSA, la AOP y la Delegación Técnica Regional NEA de la Administración de Parques Nacionales (APN).

Notificar a la FVSA los avistajes ( localidad, fecha, número de ejemplares, observador, etc.)

Extractado de revista F.V.S.A.      

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